Un sabor propio de una tierra con carácter

En la meseta castellana, el clima mediterráneo continental junto a su diversa vegetación, marcan a esta tierra generosa en riqueza ganadera.

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Meseta castellana

Enmarcado por una línea montañosa que contrasta con un llano interior, el relieve castellano leonés está formado por campos de cereales dorados entre dehesas salpicadas por un sinfín de plantas aromáticas, que al ser parte de la base de la alimentación del ganado que por allí pastorea, se transmite a nuestros quesos.

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Razas autóctonas

La peculiaridad de la meseta ha permitido disponer de una abundante materia prima de gran calidad, encabezada por las dos razas de ovino autóctonas, la Churra y la Castellana, cuya calidad y generosidad en producción lechera han hecho posible que la elaboración de nuestros quesos de oveja se haya convertido en un arte centenario.

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Fresno de la Ribera

Y es aquí, en esta localidad, a orillas del río Duero en pleno corazón de Castilla, donde se encuentra nuestra fábrica zamorana en la que elaboramos nuestros quesos puros de oveja, como herederos directos de las queserías rurales originales.

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Cuidado, tradición y pasión

Elaborados como manda la tradición artesana desde tiempos inmemoriales, se ha sabido incorporar los últimos avances tecnológicos para contribuir a mantener el sabor de origen pues nuestras cámaras de maduración son herederas directas de las antiguas bodegas subterráneas donde se guardaban los quesos en condiciones especiales, manteniendo su textura y sabor original que los caracteriza.

Los orígenes de nuestro sabor

Nuestra historia comienza en un pequeño Salón de baile reconvertido en una pequeña aldea Asturiana que pronto viaja hasta la meseta castellana para fundir conocimiento y tradición.

Uno de los mejores sabores del mundo

Descubre la gama Señorío de Montelarreina y Quesos Montelarreina cuyo sabor es reconocido mundialmente por su magnífica calidad.